sábado, 21 de septiembre de 2013

Justicia Militante: Episodio III. La venganza de los Sith


Leemos hoy en InfojusNoticias y en nota de tapa de Pagina/12 la noticia sobre el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia relacionado con el caso F.A.L., ProFamilia y el aborto no punible.
Hoy tenemos dos portales del Estado en materia judicial y ninguno publica el texto del fallo.
Uno que si comenta la noticia como InfojusNoticias bajo la dirección de Cristian Alarcón y que viene a dar disputa a al Centro de Información Judicial  a cargo de María Bourdin, cercana a don Lorenzettti y la familia judicial que todo el tiempo nos dice que debemos leer y que no en materia judicial (prometemos un post sobre el icono para el especial de lesa humanidad en CIJ es una imagen religiosa).
Esperamos eso de Doña Bourdin, pero a los compañeros de InfojusNoticias le pedimos más.
Así las cosa, fuimos a la pagina de la Corte y buscamos el fallo, que mas abajo publicamos para tener acceso o para el que quiera tenerlo y se le complique descargar archivos en scribd se lo dejamos acá.
En este precario y abandonado blog el caso le hemos dado continuidad y de hecho fué el motivo de inicio del blog a partir del caso F.A.L. en sendos post aquí aquí
Por eso nos parece importante continuar con una pequeña reflexión sobre esta nueva resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En primer lugar la Corte exige que previo al archivo se evalúe la aplicación de multa y si la conducta de Pro Familia y a través de Andereggen se encuentra dentro una actividad temeraria y maliciosa, por aplicación del art. 35 inc. 3 y 45 2° párrafo del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
Aunque es tapa de los diarios, nos parece una para la tribuna de la Corte, ya que es claro que ningún juez tiene jurisdicción, mal que nos pese en este caso, sobre la actividad de los abogados.
Así que Andereggen puede ir al C.P.A.C.F. donde lo deberían defender y esa defensa va a prosperar sin problema alguno (solo pensar los tuits de Rizzo y su defensa al matriculado al respecto me aburren, pero no le faltará razón).
Por otra parte nuestra amiga Rustan pidió la jubilación, así que que en este momento la Corte recepte lo que habíamos considerado en su momento en este blog y que luego tomara el Ministerio Público, de alguna manera, esta bien, pero llega un poco tarde.
Si la Corte fuera Caruso Lombardi, y si el caso no fuera un tema de aborto sino de fútbol, lo comentaríamos de manera graciosa, pero lo cierto, es que hay mas humo que realidad y en otra gran movida de la Corte, nos muestra su hábil cintura política.
En el mejor de los casos se vendrá alguna multa para Pro Familia, el Dr. Andereggen no debe sufrir consecuencia alguna (lamentablemente en youtube aun no esta la entrevista que diera ayer en C5N con Eduardo Feinmann) y sobre Rustan se reirá un poco mientras el pedido de la Corte se encajona en los rincones del Consejo de la Magistratura.
Los Sith no son dos, ni tres, son siete en este caso y se están vengando a pesar que creamos que están del lado de la Fuerza.

Nota aclaratoria del autor: Luego de publicado el post, le mandamos tuit y mención a los amigos de InfojusNoticias, quien rápidamente tomaron la crítica de este post y subieron el fallo para descargar. Por eso los bancamos y los queremos a los compañeros. Nobleza obliga,  gracias y felicitaciones!

lunes, 9 de septiembre de 2013

Libros: La Corte Suprema en escena. Una etnografía del mundo judicial



El año pasado Leticia Barrera publicó en formato apto para todo publico su tesis, La Corte Suprema en escena. Una etnografía del Mundo Judicial a través de Siglo Veintiuno editores.

Las etnografías puestas sobre las burocracias y en especial sobre el poder judicial, son problemas que nos interesan y llaman la atención.
El libro recorre la experiencia de la autora para realizar su tesis doctoral dentro del ámbito de la Corte Suprema y como su pedido de autorización para realizar esta investigación deriva en un expediente administrativo dentro de la Corte.
El resultado judicial lo dejaremos para el que lea el libro, porque no le vamos a quitar ese suspenso.
El libro puede resultar de interés para los que no conocen el movimiento ni la estructura  de ese mundo que suele estar alejado de la sociedad y que por ahí solo se visibiliza a través de sus jueces quienes como quedará claro en el trabajo no son los únicos operadores en las decisiones.
Para los que se mueven de manera ordinaria u ocasional por esos pasillos, esta etnografía no les presentará nada nuevo en términos de conocimiento, pero en más de algún pasaje le dibujará alguna sonrisa en el rostro, el mal de muchos consuelo de tontos, no deja de ser un buen recurso identitario.
La autora tuvo el privilegio y lo relata en esta investigación de participar de las audiencias públicas en el marco de la causa Matanza Riachuelo, las cual desarrolla desde la perspectiva de esta necesidad de legitimación de la Corte y como a pesar de herramientas novedosas quedan ancladas en viejas prácticas de la burocracia. Abordar esta experiencia novedosa, en el marco de la reciente audiencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, aporta una mirada a los fines de entender de lo que sucedió recientemente en estas audiencias.
Por su parte, la obra puede servir a aquellos que están sufriendo con sus tesis, pensando en lo novedoso, “en el aporte a la ciencia”, cuando lo que importa es la perspectiva del autor/a, como en este libro.
Como pequeña crítica sobre el libro (tal vez se encuentre en la tesis y por cuestiones de recorte para el libro quedó afuera, no lo sabemos), decimos que nos quedamos con las ganas de que esta etnografía haya puesto alguna mirada sobre ordenanzas, ascensoristas que tiene el staff de la Corte quienes para determinadas prácticas pueden tener un poder similar o mayor que un Secretario Letrado.
Aprovechamos la oportunidad para dar un consejo de práctica diaria de tribunales gratis, podes pelearte con un secretario, con un juez, pero jamás con un ascensorista u ordenanza.
Insistimos con que tenemos debilidad por las etnografías, siempre nos resultan amenas en el estilo literario sencillo y directo, sin que ello implique que le falte profundidad en el análisis, para los entrenados en lecturas vinculadas al mundo aburridísimo del derecho no acostumbrados a este tipo de estilo, aquí tendrán una buena experiencia de que se puede escribir en ciencias sociales de forma más cercana, sin perder rigurosidad.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Juicios por Jurados y testigos



Infojus titula Argibay:"No es momento para tener un juicio por jurados", en un sentido parecido Página/12 también recoge la noticia en el marco de XV Encuentro Nacional de Jueces de Tribunales Orales.
Dice la jueza de la Corte:

“Cuesta mucho que los testigos se presenten a declarar. Si eso pasa con los testigos, cuánto más va a costar traer a los jurados, que es una carga pública. Mis objeciones actuales parten no de una cuestión de principios, sino de una cuestión empírica y de ver cuáles son las dificultades. Lo más grave para mí es la falta de educación. Si esto no se soluciona nunca vamos a tener a la ciudadanía para que colabore en la repartición de justicia”

Nos llamó la atención el diagnóstico que cuesta que los testigos se presenten a declarar por cuanto hasta donde es de nuestro conocimiento, no hemos visto ningún análisis o documento de investigación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación cuantitativo y/o cualitativo respecto de la incidencia de incomparecencia de los testigos en los distintos procesos judiciales del país.
Asumimos en consecuencia que su diagnóstico se basa el conocimiento empírico de la Jueza atravesado por construcciones culturales, o mejor dicho, se basa de un prejuicio para fundamentar porque la Dra. Argibay considera que “la sociedad no está preparada para el juicio por jurados” (advertimos como pequeña nota al pie que la sociedad tampoco estaba preparada para ley de divorcio, para el matrimonio igualitario, para la ley de Medios y para tantas cosas que en materia de ampliación de derechos, para algunos sectores ilustrados que si saben y entienden que siempre la sociedad necesita tiempo y madurar).
En tiempos que las categorías de accountability y el gobierno abierto a algunos les parece políticas positivas en términos de transparencia, nos parecería una buena iniciativa que el Poder Judicial produzca algún trabajo sobre el porcentaje de incomparecencia de testigos en distintos tipos de procesos judiciales.
Ahora bien, si ese trabajo se encomienda realizar, advertimos que contemple el tratamiento que tiene tanto el Poder Judicial como el Ministerio Público a los testigos (aclarando que mi conocimiento es sobre la experiencia que tengo en  la justicia penal de Capital Federal y algunos juzgados y tribunales federales no solo de 3,14 sino de algunas provincias del país).
El estudio debería explicar cual es la necesidad de citar a testigos a través de fuerzas de seguridad (y no sólo me refiero a causas de lesa humanidad). 
Un miembro de una fuerza de seguridad no fue formado ni capacitado para notificar un testigo.
Si algún día a algún juez, fiscal u operador judicial lo fueran a notificar una fuerza de seguridad a timbrazos insistentes a cualquier hora de la noche y/o golpeando la puerta de manera absolutamente intimidante, tal vez pensarían dos veces usar este "recurso" con un testigo.
Como segunda nota al pie, le regalamos la idea al Ministro Puricelli y al Secretario Berni, tan preocupado por extranjeros, que podrían disponer alguna resolución limitando de manera racional al uso de las fuerzas de seguridad para estas tareas que le son totalmente ajenas.
Si el testigo logra sobreponerse del susto e intimidación de su citación (o tal vez por ese motivo concurra), humildemente le aconsejamos que ese estudio aborde la puntualidad con la que son llamados los testigos entre su convocatoria y el momento que efectivamente prestan su "carga pública".
El respeto por el horario en las citaciones no es precisamente una fortaleza de la justicia penal. 
Señores Jueces, Fiscales y operadores judiciales, Ud. está trabajando, lo entendemos, la persona que citó y el profesional que lo acompaña, también tiene una vida con obligaciones personales y la organiza en base a ese papel que tiene en sus manos.
Esa falta de respeto de la imputualidad con el testigo y/o abogado, establece la relación asimétrica que propone el poder judicial en sus prácticas con el justiciable, una forma autoritaria de ejercicio de poder en base a la cosificación de ese “objeto de prueba”.
En juicios orales esta práctica es peor aún, los Tribuanles tienen la práctica de citar una cantidad considerable de  testigos a la misma hora. 
Es decir, salvo uno que empezará a declarar cuando lleguen los jueces, los fiscales, porque a ellos siempre hay que esperarlos, los otros se la pasarán todo el día en un cuartito mal iluminado, mal acondicionado para la espera.
La experiencia en los juicios de lesa humanidad (donde con mucho esfuerzo algunas prácitas – no todas –  se han cambiado) son la excepción y aún esa experiencia NO se traslada a los juicios "comunes", ni siquiera a emblematicos o complejos. 
Por su parte en Instrucción el testigo declara en CUCHAS mal acondicionadas, con sillas incomodas con gente que le pasa por al lado, interrumpe al empleado que toma la audencia y/o se cuelga la computadora ... en todo ese contexto una persona debe dar un testimonio.
La excusa del presupuesto y la infraestructura, es parcialmente cierta. El estudio que le proponemos a la Corte, debe estudiar como se regulan los espacios dentro de la justicia, los tamaños de los despachos de funcionarios con empleados. Que espacios se destinan al justiciable y a los operadores. 
Intuyo que encontraremos respuestas arquitectónicas sorprendentes.
Las cuestiones sobre viáticos a testigos, da para un post aparte, porque es algo que conozco con profundidad, pero limitaremos a decir aquí que ese estudio contemple cuantos pedidos de viáticos están vinculados con declaraciones de testigos, y el porcentaje es ínfimo, y solo se da en juicios de lesa humanidad, por la composición especial de los testigos-víctimas (y aun así la mayoría de los testigos en el mejor de los casos financian al Estado su testimonio).
Sospechamos que la Dra. Argibay “no ve a un testigo” hace muchos años, afirmamos que el Poder Judicial maltrata a los testigos como práctica habitual por todo esto que comentamos y creemos que el diagnóstico de Argibay es absolutamente falso.
Siendo tal hipótesis falsa, pues le pedimos un esfuerzo para que mejore su argumento respecto del juicio por jurados, pero en el mientras tanto, empiecen a tratar a los testigos como sujeto de derechos.