miércoles, 24 de febrero de 2016

Yo fuí testigo. Praxis Judicial, maltrato al justiciable y la microfísica del poder

Hace unos días había leído el post de Bovino CÓMO NO RECIBIR DECLARACIÓN A UN TESTIGO el que compartí por Twitter y Facebook y al que recomiendo su atenta lectura.
En el día de ayer a este post, 23/02/2016, mi mamá, una joven mujer jubilada de la que no diremos su edad, declaró como testigo propuesto por la actora (por primera vez en su vida) en un juicio laboral que esta ubicado Perón 990. 
Pretenderemos hacer un breve registro de su experiencia y por cierto del maltrato recibido por parte del Poder Judicial
Maltrato que damos cuenta no como una anécdota o excepción, maltrato que es una regla hacia los justiciables, quien padecemos día a día este maltrato, pero del que todos somos víctimas de un sistema judicial que es dañino para si y para terceros en post del SERA JUSTICIA.

Intentare un pequeño esquema de toda la experiencia vivida por ella desde que recibe la notificación en su domicilio, el acto propiamente dicho de declaración y hasta su ida del juzgado.

1.- Queda Usted legalmente notificada 
Cuando le llegó la cédula de citación, mi madre me llamó por ese tema ya que estaba entre entusiasmada, emocionada y un poco intrigada.
Es así que le comenté los alcances del testigo en un proceso judicial, como es la dinámica de una audiencia testimonial en un juicio laboral (que es distinta a una en sede civil o en penal por ejemplo), le expliqué pacientemente que son las "generales de la ley", pero no me limité a lo legal sino que también intenté contextualizarla en el espacio (minúsculo) donde seguramente iba a declarar. 
En fin, le hice una introducción básica, porque como la conozco, se perfectamente que ella es una ciudadana responsable no se toma las cosas a la ligera y encima para colmo de males "me tiene a mano".
Esa semana que llegó la cédula y otro día mas de la semana pasada volvió sobre algunas dudas sobre su carácter de testigo que no le habían quedado claro y básicamente traslada la angustia general de todo testigo, que radica básicamente en el temor a equivocarse.
Por experiencia en este asunto, intenté transmitirle de mi parte todas las seguridades posibles.

Si llegaron hasta acá una primera la aclaración: No era "mi testigo". No era "mi juicio", yo no intervengo como parte en ese proceso, ella se ofreció voluntariamente en su momento a la actora ser testigo en su reclamo laboral, porque claramente tenía elementos de hecho para aportar.

2.- Antes de la audiencia 
Entre su ofrecimiento de buena fe a la parte actora, la promoción de la demanda, la citación y la audiencia, jamás se contactó ningún letrado con mi madre, para interrogar a mi mamá sobre las cuestiones en conflicto. 
En especial, jamás recibió ningún contacto del letrado la parte que la propuso, puede ser una cuestión menor, pero para mi hace a la práctica correcta en litigio, y hace a todo el desarrollo de la audiencia a posterior.
A mi entender existe una profunda confusión, vinculado a un vestigio del ADN del sistema judicial inquisitivo sobre el cual existe una supuesta "prohibición" que no se puede hablar con testigos antes que declaren.
Lo que la ley reprime es que los testigos mientan, y si un profesional del derecho instiga de alguna manera a que un testigo falte a la verdad, esta participando en un delito. 
Lo mismo, si un abogado, se reúne con un testigo para amedrentarlo u amenzarlo, eso en sí es un delito que debe ser sancionado.
Ahora bien, si un abogado (de la parte que sea) consulta a los testigos sobre los extremos del cada uno de los testimonios, esta cumpliendo con la regla mas básica de cualquier litigio:

"No le preguntes en juicio a un testigo sobre aquello que no sabés la respuesta". 

Segunda aclaración: No me vengan con el art. 384 del Código Procesal Penal, el cual se infiere otra finalidad, pero que en nada se refiere a que los abogados en el proceso se contacten con el testigo, insisto no para que comentan delitos, sino para conocer en que va a consistir su testimonio.

3.- El día de la audiencia
Llega mi testigo muy querida puntual a la audiencia fijada, ahí se entera que tiene que esperar media hora. 
Aunque estaba advertida por nuestra charla previa, dicha circunstancia no estaba aclarada en la audiencia de citación y vieron como son las madres, y  "yo voy a la hora que dice el papel, por si las dudas".
Arranca entonces el primer maltrato aceptado y consentido por todos, para el Poder Judicial el tiempo de los demás no es un tema sobre el cual deba atenderse, ni exculparse, ni explicarse. 
El único tiempo válido es el del Juzgado, ellos son los únicos ocupados y los que tienen mucho trabajo, los demás debemos esperar y aguantar.
Estaba sola en el juzgado, entre abogados, gente que va y viene, otros testigos mas desorientados que ella, algunos visiblemente nerviosos hasta que escucha a los gritos su apellido, mal pronunciado por cierto, pero infiere que se refieren a ella.
Como no tuvo contacto con nadie previamente, obviamente no sabe ni los nombres, ni que rol ocupan cada una de esas personas que entran primero con ella hacia el interior de ese juzgado y que se van dirigiendo hacia una oficina, ella solo se limita a seguir a los que van adelante.
Entra a una oficina en la que estas otras personas ya estaban ubicadas y como mi madre es una persona educada, cuando es su turno de ingresar tiene la irreverencia ante el Tribunal de decir:
- "Buen día!" 
En vez de recibir la contestación al formal a un saludo, recibe el segundo maltrato, ahora personificado en la empleada judicial que irrespetuosamente y con un grito le expresa:
- "Usted no puede hablar con nadie acá! Usted acá vino a declarar y solo me va hablar a mi!"
Mi madre, pide disculpas, por haber osado saludar respetuosamente a otras personas con quien iba a compartir un espacio, pero acata la orden de la autoridad. 

4.- Arranca la audiencia
Comienza la audiencia, sin siquiera explicar quien era esta persona que hacía las veces de alguna autoridad judicial, cual era su cargo, a quien representaba y quienes eran los otros ignotos que estaban compartiendo el espacio en esa oficina, por lo que mi madre infiere posteriormente quien representaba a cada quien.
Es así que en este estado de cosas se le consulta por datos personales, generales de la ley.
Mientras comienza a declarar la testigo, vaya saber porque razones, seguramente mas importantes que el testimonio que estaba brindando en el marco de un proceso judicial continuamente entra y sale gente por esa oficina, interrumpen, le pasan por el costado, dan, piden y sacan expedientes, que obviamente distraía en primer lugar al testigo - mi madre-, pero también a las partes, y en especial a esta empleada judicial.
En este paso incesante ir y venir de personas, una sin querer deja la puerta abierta de la pequeña oficina (sin aire acondicionado o si existía no daba cuentas de su funcionamiento).
Ofuscada la audiencista por esta puerta abierta, en simultáneo mientras interroga a la testigo, se levanta a cerrar la puerta.
Como mi madre seguía brindando su testimonio mientras esta empleada estaba cerrando la puerta (nadie le advierte que pare o se disculpas por levantarse para cerrar la puerta), la ignota judicial vuelve de mala manera a hablarle a mi madre, mientras se hacía un gesto con su dedo indice que llevaba a su oreja: 
-"Vos no me oíste!, no vez, que no estoy escribiendo,! no te das cuenta vos!" 
Ya ante esta oportunidad, mi vieja que es gallega empieza a calentarse, pero como ciudadana respetuosa, educada bajo otros valores en lo que hace al respeto al otro, y porque tampoco es tonta no quiere perjudicar su rico testimonio en favor de la trabajadora se llama a silencio y pide nuevamente disculpas, ante circunstancias que no es la responsable, ni la culpable obviamente. 
Continúa el interrogatorio y esta empleada la vuelve a interrumpir y continuando con sus malos modos le dice a la testigo/madre/abuela :
- "Yo no te escucho y los abogados de atrás seguro que tampoco, hablá mas alto!!".
Ahí mi vieja tiene su primer acto de rebeldía por primera vez en este espacio de maltrato, y contesta con su voz de madre entrenada en llamar a tomar la leche mientras jugábamos en la calle o cuando nos cagaba a pedo por alguna que nos mandabamos:
"ASI ME ESCUCHAS BIEN? PORQUE TENGO BUENA VOZ EHH!!!".
Es en ese momento que la audiencista advierte que esta ante una gallega con cara de buena, pero que tiene un límite, y a partir de ese momento no habrá mas maltrato. 
Durante el transcurso de toda la audiencia, ningún letrado interviene ante la situación, se presenta, ni siquiera se atreve a ponerle los puntos a la irrespetuosa de la audiencista, especialmente el profesional que representa a la parte actora, ya que es SU testigo.
Terminado el interrogatorio a cargo del Juzgado, viene una pregunta por cada uno  de los letrados intervinientes, una de las cuales ya había contestado la testigo, pero tal vez producto de las distracciones mencionadas no estuvo atenta en escuchar esa respuesta, circunstancia que desorienta a la testigo, porque no entiende que mayor precisión quería cuando ya las había dado en su respuesta. Opta por recurrir a su experiencia y  sencillamente vuelve repetir la respuesta.
Fin del acta
Impresión de la misma.
Se le exige que firme esa impresión previa lectura, lo que otra vez, en base a su experiencia y a la charla previa con su hijo abogado, luego de estar media hora esperando sin sentido, se tomó todo el tiempo necesario para leer detalladamente su testimonio. Nadie ya se atrevió a apurarla. Como dije, mi madre, no se toma las cosas a la ligera.
Firman el acta, se le informa que se puede retirar y ahí la testigo/madre se retira del lugar, no  si antes expresar su segundo acto de rebeldía que fué decir:
- Muchas gracias, que tengan buen día!
Atónitos porque un ser humano saluda al entrar y salir, sólo reacciona el letrado de la demandada que contesta:
- Gracias señora, que tenga buen día.

5.- Fin de la audiencia y vuelta a casa.
Gracias al "Metrobus", ahora mi querida madre se da cuenta que en plena media mañana calurosa de verano en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires, ya no existe una parada de colectivo cada 200 metros, sino que tiene que caminar aproximadamente 6 cuadras por 9 de Julio hasta encontrar su línea amiga que la llevaría a casa.
Esperando el colectivo con la sube en mano (sobre gastos que nadie le devolvió, ni ella pidió que se les reintegraran), se sube al colectivo y dice:
-Buen día señor, $ 3,50
Y el chofer del colectivo le contesta:
-Buen día señora!

Y fué el saludo del colectivero que en ese instante mi madre dejó atrás su experiencia con el mundo judicial, al que espera no volver a pasar nunca mas en su vida.

3 comentarios:

  1. ¡Extraordinario relato! Lo más terrible es que quien recibió la declaración y los abogados no tienen registro de su maltrato, ni de los efectos que generan en las personas que de algún modo se cruzan con las fuerzas judiciales...

    Saludos, AB

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  2. Totalmente! Y eso que mi vieja tuvo recursos propios (capital simbólico diría un francés), que hizo que de alguna manera fuera "armada" a ese espacio y a pesar de tantas advertencias salió de ahí con sorpresa ante la falta de educación mas elemental. Gracias por tu comentario. En realidad te comente en tu facebook, y con esa base me dije, publico un post y listo! Abrazo JuanMa

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  3. Me comenta mi madre en el facebook: "No me enoja tu comentario Juan, todo lo contrario.La experiencia adquirida sirvió : 1....que mas que contestar a la provocación de la otra parte , es tener bien claro el objetivo a cumplir con mi testimonio,cosa que logre, y por otra parte .....y esta es mas graciosa,es darse cuenta que los años que tengo , .....que no son pocos...... aplacan ,porque si esto hubiese pasados hace algunos años atrás, el [menciona su apellido paterno] se hubiese conocido.

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